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Muchos piensan en función de los caminos, caminos para todo y para todos
caminos que tienen que llevar a un destino. . . a un final, seguramente predeterminado.
Hablan de caminos rectos, de caminos torcidos, de vías, carreteras, senderos, corredores, rieles, algunos incluso de pistas para despegar.
Unos cuantos dicen que los caminos torcidos son malos, que nos harán llegar al final demasiado agotados, o que incluso nos harán caer en el "infortunio" del extravío.
¿pero acaso no es el final el lugar de descanso?, ¿acaso no puede estar este en cualquier parte?, ¿acaso no es solo un lugar donde podemos mirar atrás plácidamente?
Pienso que aquellos que se empeñen por seguir aquella fila recta no verán mucho mas que gente amontonándose por vivir la misma vida.
Mas y mas de esas personas que solo piensan que los logros de los demás deben ser también los suyos, amontonándose unas sobre otras.
Pobres de aquellos que se aventuran por los acantilados, por ese campo de rosas de espinas afiladas solo impulsados por el simple deseo de no ser como los demás, de alejarse del camino de fácil recorrido. . . sin tener la convicción ni la voluntad para seguir adelante frente a la posibilidad del dolor y se pierden, desangrándose solos, sin mas compañía que sus cicatrices y el recuerdo de algunas pocas y hermosas rosas... pobres de aquellos que terminan deseando rendirse, entregarse al arrepentimiento y a la búsqueda de compasión y solo lamentarse su elección, lo que les quede de su miseria.
Queridos camaradas, compañeros de vida, de alma y de existencia . . .
os llamo a abrir los ojos. . .
la vida no es solo de caminos y si hay algo como eso, son solo las huellas perdidas de algún viajero que ya paso...
dejad de empeñaros en rasgar con espinas la carne y el alma,
dejad de empeñaros en perder la identidad y entregarse a no ser mas que un reflejo borroso que lo que creyeron ver en los demás
si la vida fuese un camino. . . seria uno tan amplio como el universo, inexplorado y eterno,
lleno de misterios que nadie ha visto, de logros in-logrados de momentos inexistentes
y de recuerdos que aun esperan para serlo.
Amigos, camaradas, y compañeros de existencia
os llamo a abrir los ojos. . . a salir de ese camino y crear uno propio con vuestras huellas
para que tal vez algun día, el gran alboroto de pasos, se funda en uno solo, que cada una de las huellas que todos nosotros plasmamos en la existencia se unan para formar un verdadero camino, y se abran nuevos senderos, suficientes para todos nosotros para romper ciclo al que nos dejamos condenar impotentes, sometidos por esta gran ceguera.
. . . para ver, solo resta abrir los ojos.
David Perez Hernandez