martes, 21 de junio de 2016

El llamado




Murmullo que rebota en el silencio de las calles
y se mezcla con las risas de la gente
una nube borbotea lágrimas de aves
que le dan de beber a un indigente

Y la cerveza derramada sobre los sueños de ayer
se hace espuma estéril para la siembra del vaivén.
Nada importa, otro sol se levanta para arder
Todo está junto a nosotros tirado en el andén.

Y puedes escuchar el condenado murmullo
que recorre un laberinto de pasiones suicidas
para llegar a tus oídos y darle a tu alma arrullo
y llamarte finalmente al comienzo de tus días.

A empezar a mirar donde la vida se escondía
tras el miedo incesante del odio sin razón
una aventura donde es posible la alegría
junto al dolor que nos rompió el corazón

el llamado como siempre es a la empatía.